PUCV apuesta a consolidar grupos de investigación interdisciplinarios

Los desafíos del siglo XXI son interdisciplinarios. El cambio climático, la crisis hídrica, el acceso a determinadas medicinas y la falta de alimentos son algunos de los grandes problemas que enfrenta la humanidad y donde las universidades como centros de conocimiento pueden contribuir a buscar una respuesta.

Al respecto, la Vicerrectoría de Investigación, Creación e Innovación (VINCI) de la PUCV, siguiendo un encargo de la Rectoría, desarrolló el Concurso “Centenario” con el objetivo de consolidar grupos de investigación sólidos que reúnan a diferentes disciplinas desarrolladas en la Universidad para la adjudicación de proyectos de mayor envergadura.

Las cuatro iniciativas ganadoras son lideradas por los académicos Broderick Crawford de Ingeniería Informática; Mauricio Rodríguez de Ingeniería Eléctrica; Mónica García de Física; y Cassamo Mussagy de Agronomía. Cada proyecto reúne también a otras escuelas y recibirá 50 millones de pesos con un plazo de nueve meses para comenzar a implementarlo.

Al respecto, el rector Nelson Vásquez; la vicerrectora VINCI, Ximena Besoaín; el director de Investigación, Luis Mercado; la directora de Innovación, Macarena Rosenkranz; y el director de Creación, Alfonso Iommi; sostuvieron una reunión con los profesores y profesoras que postularon a los fondos con la idea de acoger inquietudes de esta nueva línea de apoyo.

“Este tipo de proyectos apunta a alcanzar un trabajo de investigación asociado, en el que se integren diversas disciplinas con un director o directora que lidere el proceso. El fruto de esta unión va a estar fuertemente vinculado a logros y una buena coordinación entre las especialidades. Lo que buscamos es que efectivamente el liderazgo en alguna medida se relacione con promover el trabajo en equipo, a colaborar y hacer un trabajo crítico y constructivo para ir mejorando. Los concursos Centenario están pensados para postular posteriormente a fondos de gran competitividad como los núcleos o institutos milenio”, expresó la vicerrectora Ximena Besoaín.

INICIATIVAS DESTACAN POR SU CARÁCTER NOVEDOSO

El proyecto del profesor Broderick Crowford contempla la aplicación de la Inteligencia Artificial (IA) para potenciar la formación de ingenieros en el marco del Modelo Educativo de la Universidad.

“Nos interesa utilizar la robótica, realidad aumentada y metaverso en la formación de nuestros ingenieros. Para eso constituimos un equipo interdisciplinario con expertos de Ingeniería Informática, Ingeniería en Construcción, Pedagogía, Diseño y Arquitectura y Lingüística. El producto de este concurso es la formación acabada de un proyecto de mayor envergadura, un centro basal con expertos de tres facultades para potenciar técnicas de la Ingeniería”, advirtió.

La iniciativa de la profesora Mónica García aborda la optimización de recursos hídricos cuando las plantas son sometidas a un estrés hídrico. “Básicamente queremos estudiar cómo la planta pierde agua a través de un proceso de evo-transpiración y cómo ellas regulan este mecanismo cuando enfrentan determinadas condiciones. Si logramos entender el proceso tal vez podamos optimizar estos mecanismos y mejorar el uso de los recursos hídricos disponibles”, agregó.

En el proceso tienen planes de desarrollar una hoja artificial para elaborar un estudio más controlado. “Con esta hoja queremos hacer un análisis del aire para ver cómo se produce la evotranspiración y cómo se afectan las hojas. Buscamos establecer las conexiones para la investigación y la idea es entre todos potenciar la colaboración en miras a un proyecto más grande. Hay pocos estudios sobre la materia”, complementó.

El académico Cassamo Mussagy se adjudicó una iniciativa para valorizar los productos de la industria vitivinícola y convertirlo en nueva materia prima, aprovechando sus propiedades sensoriales.

“Las uvas más rojas tienen compuestos que dependiendo de las condiciones pueden cambiar su color. Lo que hacemos es aprovechar esta potencialidad y recogerlos a partir de residuos, aplicándolo en bioplásticos producidos con compuestos renovables y que tienen buena biodegradabilidad. Vamos a asociar estos componentes para un material que pueda aplicarse en la industria alimenticia. Estamos trabajando en colaboración con la Escuela de Ingeniería Química y la Escuela de Alimentos, los que nos van a ayudar con su experticia para llegar al producto final”, apuntó.

Finalmente, el proyecto liderado por el académico Mauricio Rodríguez busca avanzar en el ámbito del 6G a través del diseño de nuevos canales de comunicación y antenas inteligentes.

“El objetivo final del proyecto es predecir de manera confiable la cobertura y las tasas de datos alcanzables con una velocidad máxima de conexión en condiciones de implementación reales. Esta información es fundamental para la implementación de redes celulares u otras como el wifi, para determinar la cantidad de estaciones bases que se deben instalar y qué tan robusto será el sistema de comunicaciones. Esto tiene hasta una implicancia económica dado que determina desde los costos hasta la factibilidad de implementar tecnologías a través de nuevas frecuencias o antenas inteligentes”, concluyó.

Por Juan Paulo Roldán

Dirección de Comunicación Estratégica

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